sábado, 21 de noviembre de 2009
Pintura de la Edad Media, Jesús cristo Pantocrator- Ábside de San Clemente de Thaull, Lérida 1123
Es un mural encargado para embellecer el templo y para procurar, como todas las demás obras románicas, placer de quienes lo contemplan, sin olvidar claro está, su simbolismo que era en parte la de difundir los textos sagrados y exponer el sentido moral y dogmático de la religión cristiana.
En esta obra se puede observar el planteamiento medieval de que el arte se entendía como abstracción y manifestación de belleza divina, donde los rasgos no están del todo definidos, no asiéndose semejantes a la realidad sino una esquematización de ésta presentada como símbolo. El arte era fundamentalmente un código de actuación, es decir, una Biblia o una leyenda, en el que importa más el sentido inmutable y trascendente de la figuración y su belleza que radica más en lo ideal como representación de la bondad divina, que en las cualidades plásticas de la propia figuración.
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